Ese cuaderno, ya a medio escribir, está lleno de emoción y sentimiento, de recuerdos, de vivencias de su padre y de su madre, de fotos, de ecografías, tarjetas de lugares a los que los tres hemos ido por primera vez, sobres de azúcar de los sitios donde fuimos a merendar celebrando sus primeros meses de vida o símplemente a merendar, fotos improvisadas de fotomatón, la familia al completo; recuerdos; trozos... y fotos de las cosas que nos ha ido rompiendo... en definitiva de todo aquello que ha despertado en su padre o en mí cualquier tipo de emoción. Por tonto que pudiera parecer, ¡no hay nada absurdo!
A lo largo de mi vida espero seguir llenando cuadernos y cuadernos, de nuevo hechos a mano con mimo y especialmente para él, convirtiéndonos su padre y yo en su memoria, en sus recuerdos.
Y por supuesto espero tener muchas cosas que contarle, de cómo fue la primera vez que me abrazó, de cómo fue la primera vez que me dijo que no, de lo poco que le gustó el primer puré de zanahoria y patata, de lo que significa para mí cada día sentir su carita pegada a la mía.
El álbum, aún sin empezar a llenar, será otro recuerdo para el futuro, lleno de aquellas fotos que por el motivo que fuera, son realmente distintas, o tengan una historia detrás.
A día de hoy la llenaría de fotos y recuerdos que a día de hoy, con 9 meses, tres semanas y 3 días de vida que tiene mi hijo, ya tengo grabadas a fuego en mi memoria, pero cuando pasen los años oportunos, serán sólo unas cuantas las que irán dentro, y tendré que explicarle el por qué.
Irán protegidos para evitar que la humedad no los estropee, es mucho lo que significa para nosotros, y más significará a medida que pasen los años.
He comprado unas pequeñas bolsitas de organza, dentro de las cuales iré depositando ciertos objetos; y encargué a una chica de USA que me preparara unas etiquetas, con un mensaje para él, para atar en cada bolsita.
Entre otras cosas llevo guardadas ya unas cuantas (o en breve guardadas), todo con su foto que ilustrando el momento, y por supuesto sin saltarme las tradiciones típicas:
- Mi test de embarazo
- Las pulseras del hospital
- La pinza de su ombligo
- La tarjeta de la cuna en la que durmió por primera vez (durante el tiempo que no estaba encima mía, que eran prácticamente las 24 horas que pasamos juntos en el hospital).
- El conjunto al completo con el que se le vistió la primera vez.
- Su primer traje de Hallowen
- Su primer disfraz navideño, hecho de nuevo a mano, que consta de un gorrito rojo de lana con cascabel, chalequito, botitas rojas de lana y pajarita verde. Aún sin estrenar.
- El periódico del día que nació.
- Lo primero que me rompió (mis gafas)
- El primer regalo que me hizo su padre
- La primera foto que nos hicimos al comienzo de nuestra relación
- Recuerdos de nuestra infancia (mi primera carta a los reyes, la primera cartilla de notas de su padre...)
- Recuerdos de los abuelos maternos y paternos, fotos antíguas, trofeos de atletismo, canto y pintura...
... etc
En un futuro iré añadiendo más y más bositas de organza, con su etiqueta con mensaje, con su primera vela de cumpleaños, su primer diente, su primera nota del cole, su primera carta a los reyes...
Lo voy a llenar de las piezas que conforman nuestra vida.
Así que...
... busco baúl que sea resistente al paso del tiempo.