Nueva Foto

Poco fotogénico como su madre pero creciendo fuerte...

Tiene de 12 semanitas (a falta de nacer, claro, si no tendría -28 semanas, y eso suena muy chungo) y mide 5,6 cm.

En la eco sale feo como pegar a un padre, imagen digna de la casa de Bélmez (estoy por enviarsela a Iker Jimenez),...pero os aseguro que es lo más bonito que hay, símplemente es que estaba recién levantado...

Explicación de la imagen: cabezón y parte de los brazos a la izquierda, piernas recogidas a la derecha (ya se que hay que echarle imaginación, pero es que yo ya me he acostumbrado).

Éste es mi niño!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! (o niña)

Crónica a las 12 semanas: Y de repente...

Regalismo!


Por favor, obviemos el trozo de hilo y la etiqueta de los pantalones, una últimamente no tiene mucho glamour...

Crónica a las 11 semanas...¿dónde está el glamour???

De siempre se ha escuchado que una mujer embarazada de una manera u otra "resplandece", ya sea porque irradia felicidad, o bien porque el estado de buena esperanza tiene esas bondades.

(Sí, es Adriana Lima, ya me gustaría a mi).

Cuántas veces hemos oído hablar de que el embarazo es la época en la que la mujer está más guapa, con un pelo más fuerte, brillante y abundante...


Pues bien.

A mis 11 semanas y pico:


- Tengo una barriga colosal debido, obviamente, a unos gases, desconozco de dónde salen; y a un estreñimiento, si cabe, aún más agudo que el que normalmente "sufro".
Esto tiene toda la pinta de acabar en una pequeña o gran almorrana que podrá hacerme compañía a mi y a mi pequeñajo hasta los restos.

Mi entorno insiste en hacerme creer que ya se me nota la barriguita de embarazo.
Desisto de intentar convencerles de que realmente, de lo que está es lleno de aire y otras variantes.


- El cutis: es lo que tienen las hormonas, curiosamente, en vez de darme ese toque de "belleza de la futura mamá" (que alguien me explique de dónde ha salido ese mito), ha llenado mi cara de brillos, puntos negros y granos, en sitios tan inesperados, dolorosos y sumamente antiestéticos como la punta de mi nariz, mi barbilla y una de mis mejillas.
Irremediablemente mis manos acaban "intentando" hacerlo desaparecer, con ello, lo que he conseguido es:

• Un grano en la nariz
  
• Un grano bien rojo en la barbilla, bastante visible por cierto
  
• Y una gran herida en mi mejilla izquierda.

- El pelo: siempre se me ha caído bastante, y alguna vez he dicho...: "joe, a ver si por lo menos en esos meses de embarazo puedo disfrutar de una melena en condiciones".

Pues bien; se me cae muchíiiiiiiiiiiiiiiisimo más, testigos mudos del acontecimiento: Mi almohada, la ducha, mis cepillos, y por supuesto el suelo de toda mi casa, que ha oscurecido de color. Como añadidura, está más seco, y más estropajoso que nunca. Todo un espantajo.

- La boca: Encías rojas e inflamadas hasta llegar al punto de casi no poder lavarme los dientes. Precioso...

- Nariz taponada gran parte del día, sobre todo al levantarme... lo que me hace preguntarme... "¿encima de todo ésto... ronco?"

Así que... que alguien me explique si es que las generaciones han cambiado y nuestras abuelas embellecían en sus embarazos, o es que simplemente sus parejas y familiares "intentaban" hacerlas creer eso para apaciguar su agrio carácter provocado por sus hormonas.

¿¿¿¿Dónde está el glamour????

Crónica a las 10 semanas

Sin muchas novedades.

No engordo, es más, he perdido un kilillo.

Barriga incipiente (gases? todos los del mundo).

Pecho: más grande (consecuencia: novio feliz).

¿Hambre? Un poco más.

Doble ración de progesterona desde el viernes (sustito y vuelta a urgencias con final feliz) con lo cual cuelgue total durante la mañana (mola....).

Alguien me podía haber avisado del poco glamour que tiene quedarse preñada...

¿Sensación? Pues de no estar embarazada pero... el viernes pude verle de nuevo, y podría asegurar que su silueta ya era así:

Es curioso que, aun reconociendo que no estoy disfrutando del embarazo como debiera, por los miedos, y las neuras de volver a perderlo (a estas alturas en el otro embarazo me habían practicado el legrado), sigo pensando que esto es lo más alucinante que me ha pasado en la vida.

Aparte de mi futuro hijo, todo me da igual, todo pasa a segundo plano. Todo me la trae al fresco.

Mi vida a partir de ahora... es mi hijo. Feliz como una perdiz.